sábado, 14 de agosto de 2010

LENTITUD (o la prisa sólo vale pa´ matarse)


Hay quien cree en dios, en el dinero, en el amor… Yo creo en la Lentitud.
Nada bueno sale de algo hecho a toda prisa (échese un vistazo a nuestro mundo), por algo un buen guiso necesita unas horas, el sexo más de cien gemidos o un güisqui doce años –y no tengo nada en contra de los Hot dogs, del “aquí te pillo aquí te mato” (qué rico sienta), ni de las resacas de los cubatas de DYC.
Es sólo que todo tiene un proceso, generalmente lento, que si se madura en cámara cual plátano o aguacate no tendrá sabor, ni olor, o lo que es peor, todo sabrá y olerá a lo mismo: a prisa.
Confieso que soy más vago que un corredor de 100 metros lisos, pero las tortugas tienen la razón, y la paciencia de los tritones merece un apartado en todo tratado filosófico…
A veces imagino un mundo que va a una “velocidad absurda” como la del crecimiento de un árbol, una sociedad cachazuda en donde las palabras y los hechos vienen precedidos de largas y profundas reflexiones porque tenemos todo el tiempo del mundo para errar lo justo, y siento un orgasmo largo y pachorrento.

jueves, 5 de agosto de 2010

VENDO PEREGRINO (salmodia nº 6)












Vendo peregrino cansado, aburrido,
con llagas (estigmas del camino),
maloliente, desencajado, estafado por
los hosteleros de Santiago,
y a estos también.

Vendo peregrino en la Plaza del Obradoiro,
haciendo cola, sentado en la escalinata,
buscando el Metro o la Catedral,
atorrado por la tuna compostelana,
y a ésta también.

Vendo peregrino (sufriente moderno)
con su bastoncito, su calor y su agua,
su puta concha y sus afotos,
esquivando a los yonkis locales,
y a estos también.

Vendo peregrino en la Puerta Santa,
en bicicleta, en varios idiomas,
ebrio de Dios, borracho de sangría,
interpelado por los nacionalistas,
y a estos también.

Vendo peregrino con botafumeiro,
en chorritienda, en la fuente de los caballos,
al lado de “Las Marías”, dando por saco,
preguntando cosas a la policía,
y a ésta también.

Vendo peregrino de la ceca a la Meca,
en tarta de almendra, á feira,
encendiendo velas, robando limosnas,
abrazando al apóstol de la curia romana,
y a ésta también.